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SONORIDAD CURATIVA

Diego Ortiz, músico maravilloso, durante la peste en Sevilla, 1553, reunió a un grupo de violagambistas. Apartados en la campiña, interpretaban melodías de inacabable belleza: dulcificaban el corazón. Noticias del azote, eran contrapunto de exaltación a la vida pulsando un instrumento-centro-del-universo: la viola da gamba. Aquellas composiciones, triunfantes sobre la enfermedad, reposan en el convento de Santa Clara de Sevilla.

-José Alfredo Torres-

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