El anciano Yasser asumió la noticia: debía dejar su casa; su terruño; en una hora, el enemigo bombardearía el sitio. “¡Mi vida está aquí!” Quedóse apacible. Las bombas destruyeron todo.
-José Alfredo Torres-
El anciano Yasser asumió la noticia: debía dejar su casa; su terruño; en una hora, el enemigo bombardearía el sitio. “¡Mi vida está aquí!” Quedóse apacible. Las bombas destruyeron todo.
-José Alfredo Torres-